29/11/09

Pedro Guerra


CONTRA EL PODER

Contra el poder que nos enseña sólo aquella mitad
contra el poder de las verdades dobladas
contra el poder de quien conoce pero sangra de más
contra el poder de las canciones guardadas
contra el poder que nunca abraza a los que pueden pensar
contra el poder que nos vigila los pasos
contra el poder que siempre miente en nombre de la verdad
contra el poder que nos convierte en extraños
contra el poder
que debilita y nada da que sólo quita
y deshace lo que está
contra el poder…
contra el poder
en cualquier forma que sé de
contra la fuerza y mal uso de la fe
desde el poder…
contra el poder que abre una zanja entre el amor y el placer
emparentando el bienestar y la herida
contra el poder que no distingue entre morir y crecer
contra el poder que compra y vende la vida
contra el poder que hace del padre ostentador del poder
contra el poder que nos obliga a engañarnos
contra el poder que hace a los hijos reinventar el poder
contra el poder de los que piensan ganando
contra el poder…
contra el poder que no descansa y se detiene a beber
junto a las fuentes del sabor y el deseo
contra el poder que nos bendice en el hogar del poder
contra el poder del la ignorancia y los juegos
contra el poder…
Fuente: musica.com

Pedro Guerra


15/11/09

Gabriela Mistral


PIECECITOS

Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,

¡Dios mío!

¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!

El hombre ciego ignora
que por donde pasáis,
una flor de luz viva
dejáis;

que allí donde ponéis
la plantita sangrante,
el nardo nace más
fragante.

Sed, puesto que marcháis
por los caminos rectos,
heroicos como sois
perfectos.

Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veros
las gentes
.............................................................................

En el siguiente enlace a un video, podrán ver y escuchar al Dr Albino, de la Fundación Conin, Argentina, recitar este poema al final de su discurso...

http://www.iae.edu.ar/iaehoy/IAEtv/videos/Paginas/albino.aspx

12/11/09

Wallt Whitman

VIVIR de la Sociedad de los poetas muertos.

Por Walt Whitman

“No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas....
Vive con intensidad tu vida y no dejes nunca de soñar”...

7/11/09

7/10/09

Eduardo Galeano



La Educación

En las cercanías de la Universidad de Stanford, pude conocer otra universidad, más chiquita, que dicta cursos de obediencia. Los alumnos, perros de todas las razas, colores y tamaños, aprenden a no ser perros. Cuando ladran, la profesora los castiga apretándoles el hocico con el puño y pegando un doloroso tirón de collar de pinchos de acero. Cuando callan, la profesora les recompensa el silencio con golosinas. Así se enseña el olvido de ladrar

Eduardo Galeano, “Patas Arriba, La escuela del mundo al revés”

29/9/09

Rodolfo Juan Oviedo

Don Elías y la inundación

Le costaba dejar la casa. Lo notaba en el cansado movimiento de la mano, que se negaba a cerrar el candado de la puertita del frente.

-No hay más remedio, se dijo.

Como para afirmar sus palabras extendió la mirada alrededor. Sobre la masa líquida que hacía tiempo ya, había ganado el interior del patio, flotaban los restos sin valor de lo que hasta ayer fuera su vida cotidiana: un diario viejo, una escoba ya gastada,algunos palos que amontonara con la secreta ilusión de poder asar aunque más no fuera un bicho en la isla, la vieja cubierta donde apoyaba el macetón con los malvones...

A su alrededor el “silencio de sapos” lo sobrecogió.

- Silencio de sapos, pensó.

No se oía otra cosa que su croar.

-Ya no hay nadie, murmuró.

Recordó el bullicio de los últimos días, el incesante ir y venir de camiones y camionetas cargando con todo aquello que componía la totalidad de los muebles y enseres de cada una de las casas hoy abandonadas.

-¡Parece imposible!

A través de las alambradas miró los patios de sus vecinos. El agua iba ganando territorio en todos ellos...cercando las casas...Miraba las puertas cerradas.

Las ventanas cerradas. La humedad trepando ya en las paredes.

La casa del “doctor era la más castigada”

- Siempre fue bajo este lugar...Tipo raro el doctor- pensó -.¡Venirse a vivir por acá! ¿Será de veras doctor?

No se parecía a los dos o tres abogados que conociera .Ni siquiera hablaba demasiado.. Aunque la otra vez sí lo hizo. Parecía enojado. “¡Diez millones de dólares en los Cruz del Sur!, ¡Ochocientos millones en las autopistas! Y mientras tanto los que trabajamos nos ahogamos como ratas”, decía.

Unas hormigas se apretujaban sobre el emergido tallo de una planta. Lentamente el agua la iba cercando.

-¡ Pucha que cuesta irse!, se dijo.

Le parecía como si la casa lo llamara. Como si lo culpara por abandonarla. La sentía frágil y desprotegida

- Si la patrona viviera, seguro me quedaba.

Recordó la del sesenta y seis. El agua estaba casi en la ventana cuando se convencieron de que aunque sumaran un tercer “piso”de caños a los dos ya hechos con los que habían traído de la fábrica, el agua igual les ganaría.

-La peleamos lindo esa vez....!

Atardecía. A sus espaldas el agua formaba un interminable manto uniforme. Algunas partes más elevadas del terreno se resistían aún, en una estéril lucha.

Todo iba siendo cubierto.

-“Diez millones de dólares en los Cruz del Sur”, recordó. Quiso imaginarse cuánta plata sería pero no lo logró..

Por la bronca que tenía, se dijo, seguro que alcanzaban para hacer las defensas.

Con gesto resignado terminó de cerrar el candado, y lentamente , apartando el agua que le llegaba a las rodillas, empezó a caminar hacia la ruta.

14/9/09

Daniel Pennac



Derechos imprescriptibles del lector
1. El derecho a no leer.
2. El derecho a saltarnos las páginas.
3. El derecho a no terminar un libro.
4. El derecho a releer.
5. El derecho a leer cualquier cosa.
6. El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual).
7. El derecho a leer en cualquier sitio.
8. El derecho a hojear.
9. El derecho a leer en voz alta.
10. El derecho a callarnos.

5/9/09

Celso Tíndaro

Decoro del hombre

No aceptes a ningún precio la servidumbre ni la tiranía.
No reniegues de la libertad, decoro del hombre.De ella viene todo progreso; de ella depende todo bienestar humano.
Todo lo que no sea libertad, corrompe, anula, envilece, mata al hombre.
Quien te arrebata la libertad es tu verdugo.

De:Nuevos juncos pensadores,ed.C.E.P.A, Buenos Aires,1945.

Nicolás Avellaneda




Nicolás Avellaneda reflexiona sobre el papel de la lectura

.

La lectura fecunda el corazón, dando intensidad, calor y expansión a los sentimientos. Los egoístas no practican, en general, la lectura, porque pasan absortos en la árida contemplación de sus intereses personales. No sienten la necesidad de salir de sí mismos y estrecharse con los demás. Las personas indolentes no leen; pero ¿qué son el ocio y la indolencia, sino las formas plásticas del egoísmo? La naturaleza es pródiga en sorprendentes escenas, en maravillosos espectáculos que el hombre sedentario apenas conoce y que los viajeros contemplan con extática admiración. Los placeres sociales encantan al hombre; pero no siempre vienen a su encuentro ni dependen de su voluntad. Entretanto, los placeres que proporciona la lectura son de todo tiempo y de cualquier lugar, y son los únicos que puede renovar a su albedrío.

La lectura es poderosa para curar los dolores del alma, y Montesquieu ha escrito en sus pensamientos que jamás tuvo un pesar que no olvidara después de una hora de lectura.

El libro es enseñanza y ejemplo. Es luz y revelación. Fortalecen las esperanzas que ya se disipaban; sostiene y dirige las vocaciones nacientes que buscan su camino al través de las sombras del espíritu o de las dificultades de la vida. El joven oscuro puede ascender hasta el renombre imperecedero, conducido como Franklin por la lectura solitaria. El libro da a cada uno testimonio de su vida íntima. Es el confidente de las emociones inefables, de aquellas que el hombre ha acariciado en la soledad del pensamiento y más cerca de su corazón, así la lectura del libro que nos ayudó a pensar, a querer, a soñar en los días felices, es el conjuntos de sus bellas visiones desvanecidas por siempre en el pasado. Cuando puede sustraerme a lo que me rodea y releo mis antiguos libros, parece que se renueva mi ser. Vuelvo a ser joven. Lo que pasó, está presente; y creo por un momento que puedo envolverme de nuevo en la suave corriente de los sueños desvanecidos, cuando repitiendo con acento enternecido el verso de Lamartine o de Virgilio los llamo y los nombro con las voces de mi antiguo cariño. Enseñemos a leer y leamos. El alfabeto que deletrea el niño es el vínculo viviente en la tradición del espíritu humano; puesto que le da la clave del libro que lo asocia a la vida universal. Leamos para ser mejores, cultivando los nobles sentimientos, ilustrando la ignorancia y corrigiendo nuestros errores antes que vayan con perjuicio nuestro y de los otros a convertirse en nuevos actos.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

1/9/09

Forges