8/8/09

Zunilda Ceresole de Espinaco


LA SOLAPA

Según una creencia popular de la provincia de Santa Fe, recorre campos, islas y montes un duende siestero denominado La Solapa.
El duende es pequeño, tiene la altura de una bola y piel de color amarillo intenso.
Todos los días a la hora de la siesta, desciende por un rayo desde el sol donde tiene su casa y comienza a transitar distintos lugares en busca de niños para raptarlos y llevarlos como esclavos a su ígnea morada.
Deambula por senderos sinuosos y si oye sus voces ella se esconde en un recodo para aparecer de improviso antes de ellos; si levanta la mano de lana nada sucede a los pequeños, pero si en cambio es la de hierro, están perdidos y condenados a servirla.
Las palomitas torcazas anuncian con su arrullo la presencia de este duende para advertir a los niños del peligro que corren.
Cuando La Solapa no encuentra víctimas suele llegarse hasta los ranchos; como es costumbre atrancar la puerta, al no poder ingresar a las viviendas, el duende se enoja y despide un nauseabundo olor a azufre que delata su presencia.
A la hora del atardecer, cuando el sol se desangra en postreros rayos de luz, La Solapa regresa a su morada astral. Si en ese momento, al mirar el horizonte se observan nubes de tierra, se da por seguro que el duende ha capturado a muchos niños, a los que lleva para sumirlos en eterna esclavitud.

Del libro “Santa Fe y sus leyendas”, de Zunilda Ceresole de Espinaco. Ediciones Culturales Santafesinas.

Ilustración Luis Scafati.