16/7/11

American Way of Life

Lo que siempre he soñado es
esa casa con buzón adorable y adoquín en el porche,
el periódico en el patio, junto al golden labrador;
niños impecables con juguetes de Fisher Price,
y un comedor de ébano con lámparas que combinen;
también una mujer hacendosa, cuya virtud máxima
sea, además de exuberantes dotes culinarias,
despertarme en la mañana con el más dulce de los besos,
todos y cada uno de los días de mi vida.

podría cambiar, a lo mucho:

la casa entera por un apartamento goteroso (cubil),
el periódico y el patio, por montañas de libros,
pósteres de Walter Benjamin y fotogramas de palomas;
el golden labrador por un gato obeso,
los niños impecables por greñudos, insolentes,
y la mujer virtuosa por una artista itinerante,
que ame el jazz y el mate, o las películas de Jean Luc Godard,
y que no cocine un carajo, pues así habrá pizza todas las noches.

el beso por el resto
de todas las mañanas de mi vida

eso sí,
me parece irrenunciable.